[vc_row][vc_column][vc_column_text]Ya no es novedad la relación obesidad y cáncer o cómo los alimentos y qué consumimos inciden en desarrollar esta u otras enfermedades.
Estudios hechos por expertos en Nutrición establecen que cerca del 35% de las muertes por cáncer en general se pueden atribuir a la dieta, así como el 90% de los efectos preventivos en el cáncer colorrectal.
Aquí, las 10 claves para hacer de la alimentación una aliada contra el cáncer.[/vc_column_text][vc_single_image image=”509″ img_size=”full”][vc_column_text]1) Comer pocas grasas: Una de las causas del sobrepeso es el consumo excesivo de grasas y la obesidad genera desórdenes metabólicos relacionados con hormonas que participan en el desarrollo de varios tipos de cáncer. Por eso, una alimentación saludable es clave.
2) Reducir el consumo de azúcar: Los azúcares refinados no están directamente relacionados con el riesgo de cáncer, pero sí con la obesidad. La recomendación es preferir los azúcares naturales (como los de las frutas), limitar las bebidas gaseosas y/o postres a porciones pequeñas.
3) No excederse con las carnes rojas: De nuevo, no tiene un riesgo en sí misma, pero si se consume mucha y con grasa, no es saludable. Elija cortes magros y elimine la grasa visible. Incorpore más pescado, que es rico en ácidos grasos omega 3 y 9.
4) El método de cocción: Prefiera cocer las verduras al vapor para no sobrecocerlas y perder así su valor nutricional.
5) Fiambres y ahumados: Limite su consumo de alimentos procesados y con preservantes, prefiera lo fresco y natural.
6) Alcohol: Según la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO), el alcohol eleva el riesgo de cáncer bucal, de laringue, de esófago, pecho, mama, colón e hígado.
7) Frutas y verduras: Todos los especialistas coinciden: hay que incorporarlos a la dieta, cinco porciones por día de frutas y verduras, de distintos colores.
8) Fibras: “Su alto consumo disminuye el riesgo de cáncer colorrectal, porque reduce la cantidad de tiempo que los desechos –que a menudo tienen sustancias cancerígenas– viajan a través del colon”, señala Cáceres. También se observó que los alimentos ricos en fibra reducen los niveles de estrógeno y de testosterona, con efectos protectores de los cánceres de mama y colon. Se pueden incluir en la dieta en frutas, verduras, cereales integrales y legumbres.
9) Lácteos: “No hay que suspenderlos”, dice Lastiri. “Sus nutrientes, como el calcio y la vitamina D, son efectivos contra el cáncer colorrectal”, agrega Leal. Lo que sí se recomienda es que sean descremados, para evitar adicionar grasas a la dieta.
10) Suplementos vitamínicos: Lastiri afirma que su aporte no es significativo. El especialista insiste en un consejo que puede ser la síntesis de todas las recomendaciones: “No es necesario convertirse en un vegetariano estricto sino, como en todo, evitar los excesos. Hay que cambiar los hábitos y seguir una dieta balanceada”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]