Para ella, uno de los peores recuerdos que le ha dejado el cáncer es la soledad. Junto a su hija, decidieron seguir adelante, pese a los escasos recursos y las trabas que pone el sistema público de salud.
Sufrió la mastectomías de ambas mamas. Tuvo que pagar para obtener la reconstrucción mamaria. Los ahorros que logró reunir en varios años de trabajo, la ayudaron a sobrevivir el tiempo que estuvo en tratamiento, pero no fue suficiente. “Gracias a Dios tenía guardado para sobrevivir estos 2 años que estuve con licencia, pero no para costearme medicamentos o todas esas cosas ni tratamiento, eso no lo tenía. Se tuvieron que hacer bingos (…) es triste, triste tener que depender de los demás para poder hacerte una reconstrucción por una enfermedad, porque esta es una enfermedad”.
Adela siente que hay una deuda por parte del Estado. “A mí me ha ayudado el bingo, la municipalidad, el hospital, la fundación del cáncer, ellos me ayudaron a costear esta última parte, porque lo demás lo tuve que costear yo sola”, puntualiza.