Este sábado 12 de agosto se conmemora el Día Internacional de la Juventud, que tiene como objetivo llamar la atención de la comunidad internacional sobre los problemas de la juventud y ayudar a desarrollar el potencial de los jóvenes como socios de la sociedad actual.
Como Observatorio del Cáncer, además de preocuparnos por su desarrollo en la sociedad actual, también encontramos que es muy importante visibilizar los problemas de salud que pueden llegar a tener.
Entre estos problemas, lamentablemente, se encuentra el cáncer.
Los tipos de cáncer más comunes entre la población joven puede variar dependiendo de la región, factores genéticos, entre otros. Sin embargo, existen algunos cánceres que suelen repetirse entre las personas jóvenes.
A continuación, en honor a Día Internacional de la Juventud y con intenciones de visibilizar la salud de las personas jóvenes, te contaremos sobre algunos de los tipos de cánceres más comunes entre jóvenes y su tratamiento.
1. Cáncer de tiroides
El cáncer de tiroides es uno de los cánceres más frecuentes en las personas jóvenes, especialmente en las mujeres.
Hay varios tipos de cáncer de tiroides, pero los tipos más comunes en personas jóvenes son el carcinoma papilar y el carcinoma folicular. Estos tipos tienden a tener un buen pronóstico y responden bien al tratamiento.
Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides incluyen antecedentes familiares de la enfermedad, radioterapia previa en la cabeza o el cuello durante la infancia y adolescencia, y ciertas afecciones genéticas, como el síndrome de neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN2).
El cáncer de tiroides en sus primeras etapas generalmente no causa síntomas. A medida que avanza, puede causar una masa o nódulo en el cuello, dificultad para tragar, cambios en la voz o ronquera, dolor en el cuello y ganglios linfáticos inflamados.
La mayoría de las personas con cáncer de tiroides tienen un pronóstico favorable. La tasa de supervivencia a cinco años para el carcinoma papilar y folicular es alta, especialmente en personas jóvenes.
2. Linfoma de Hodgkin y linfoma no Hodgkin
Tanto el linfoma de Hodgkin como el linfoma no Hodgkin son tipos de cáncer que afectan el sistema linfático, que es parte del sistema inmunológico del cuerpo.
Estos linfomas pueden ocurrir en personas de todas las edades, incluyendo jóvenes, aunque la incidencia puede variar. Aquí te proporcionamos información sobre ambos tipos de linfoma en personas jóvenes:
Linfoma de Hodgkin:
El linfoma de Hodgkin es menos común que el linfoma no Hodgkin y se caracteriza por la presencia de células de Reed-Sternberg en los ganglios linfáticos afectados.
Los síntomas pueden incluir ganglios linfáticos inflamados en el cuello, las axilas o la ingle, fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso inexplicada y fatiga.
Se realiza a través de biopsia de un ganglio linfático afectado para examinar las células cancerosas.
El tratamiento puede incluir quimioterapia, radioterapia y, en algunos casos, terapia dirigida o trasplante de células madre. La tasa de supervivencia es alta, especialmente en los casos diagnosticados en etapas tempranas.
Linfoma no Hodgkin:
El linfoma no Hodgkin es un grupo diverso de cánceres que afectan los linfocitos, un tipo de célula sanguínea.
Los síntomas pueden variar según el tipo y la ubicación del linfoma, pero pueden incluir ganglios linfáticos inflamados, fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso y fatiga.
Se realiza mediante biopsia de un ganglio linfático afectado o de otro tejido afectado.
El tratamiento depende del tipo de linfoma y puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida o inmunoterapia.
El pronóstico varía según el tipo y la etapa del linfoma, pero muchos casos de linfoma no Hodgkin son tratables y tienen tasas de supervivencia favorables.
Es importante destacar que el tratamiento y el pronóstico pueden variar según el tipo y la etapa específicos del linfoma, así como según la respuesta individual al tratamiento.
3. Cáncer de testículo
El cáncer de testículo es un tipo de cáncer que se origina en uno o ambos testículos, que son las glándulas reproductoras masculinas que producen espermatozoides y hormonas como la testosterona.
Es más común en hombres jóvenes y adolescentes, y generalmente tiene un buen pronóstico si se detecta y trata en etapas tempranas.
El cáncer de testículo es más común en hombres jóvenes, especialmente entre las edades de 15 y 35 años.
Tener familiares cercanos con antecedentes de cáncer de testículo puede aumentar el riesgo.
La criptorquidia es una condición en la que uno o ambos testículos no descienden correctamente al escroto. Los hombres con criptorquidia tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de testículo.
Síntomas:
- Bulto en el testículo: Un bulto o nódulo en uno de los testículos es uno de los síntomas más comunes.
- Dolor o incomodidad: Dolor o sensación de pesadez en el testículo o en el escroto.
- Hinchazón: Hinchazón o aumento del tamaño del testículo.
- Cambios en la forma o textura del testículo: Pueden incluir endurecimiento o suavidad inusual.
Un médico puede examinar los testículos para detectar bultos o anomalías.
Una ecografía puede ayudar a visualizar el interior del testículo y confirmar la presencia de un bulto.
Marcadores tumorales: Se pueden medir niveles en sangre de ciertas sustancias, como la alfa-fetoproteína (AFP) y la gonadotropina coriónica humana (hCG), que pueden estar elevadas en el cáncer de testículo.
En la mayoría de los casos, se realiza una orquiectomía, que es la extirpación del testículo afectado. Si el cáncer se detecta temprano, es posible que no se necesite tratamiento adicional.
Si el cáncer se ha propagado más allá del testículo, se puede utilizar quimioterapia y radioterapia para eliminar las células cancerosas restantes.
La detección temprana y el tratamiento adecuado suelen llevar a un buen pronóstico. La tasa de supervivencia para el cáncer de testículo en etapas tempranas es alta.
La mayoría de los hombres pueden continuar llevando una vida normal después del tratamiento.
Es importante que los hombres jóvenes estén conscientes de los cambios en sus testículos y se sometan a exámenes médicos regulares.
5. Cáncer de huesos y tejidos blandos
El cáncer de huesos y tejidos blandos en jóvenes es relativamente raro en comparación con otros tipos de cáncer. Estos tipos de cáncer pueden afectar a personas de todas las edades, incluyendo a los jóvenes, pero la incidencia es menor en comparación con otros grupos de edad. Aquí te proporcionamos información sobre el cáncer de huesos y tejidos blandos en personas jóvenes:
Cáncer de huesos:
El osteosarcoma y el sarcoma de Ewing son dos tipos comunes de cáncer de huesos en jóvenes.
Los síntomas pueden incluir dolor persistente en un hueso o articulación, hinchazón, sensibilidad y, en algunos casos, fracturas espontáneas.
Se realiza mediante pruebas de imagen, como radiografías, resonancias magnéticas y tomografías computarizadas. La biopsia es necesaria para confirmar el diagnóstico.
El tratamiento puede involucrar cirugía para extirpar el tumor, quimioterapia y, en algunos casos, radioterapia. El pronóstico varía según el tipo y la etapa del cáncer.
Cáncer de tejidos blandos:
Los sarcomas de tejidos blandos son cánceres que se originan en músculos, grasa, nervios, vasos sanguíneos u otros tejidos blandos.
Los síntomas pueden variar según la ubicación del tumor, pero pueden incluir una masa palpable, dolor, inflamación y problemas funcionales en la zona afectada.
Se realiza mediante pruebas de imagen y biopsias para analizar las células cancerosas.
El tratamiento puede incluir cirugía para extirpar el tumor, radioterapia y, en algunos casos, quimioterapia. El pronóstico depende del tipo y la etapa del sarcoma.
Es importante destacar que el cáncer de huesos y tejidos blandos en jóvenes puede ser agresivo, pero la detección temprana y el tratamiento adecuado pueden mejorar las perspectivas de supervivencia.
Si un joven presenta síntomas inusuales o persistentes, como dolor en los huesos, hinchazón o masas en tejidos blandos, es esencial buscar atención médica para una evaluación y diagnóstico adecuados.
Un equipo médico especializado en cáncer puede determinar el mejor enfoque de tratamiento según la situación individual.
5. Leucemias
Las leucemias son un grupo de cánceres que afectan las células sanguíneas y la médula ósea, donde se producen las células sanguíneas.
Las leucemias pueden ocurrir en personas de todas las edades, incluyendo a los jóvenes.
Hay varios tipos de leucemias, pero las dos categorías principales son la leucemia linfoblástica aguda (LLA) y la leucemia mieloide aguda (LMA).
Leucemia linfoblástica aguda (LLA):
La LLA afecta a los linfocitos, un tipo de glóbulo blanco que forma parte del sistema inmunológico.
La LLA es el tipo más común de leucemia en niños y adolescentes, y también puede afectar a adultos jóvenes.
Los síntomas pueden incluir fatiga, debilidad, infecciones recurrentes, moretones fácilmente, sangrado excesivo de cortes menores, fiebre y dolor en los huesos.
Se realiza mediante análisis de sangre y biopsias de médula ósea para examinar las células cancerosas.
El tratamiento de la LLA suele involucrar quimioterapia, radioterapia y, en algunos casos, un trasplante de células madre. La tasa de supervivencia es alta, especialmente en niños y adolescentes.
Leucemia mieloide aguda (LMA):
La LMA afecta a los mieloblastos, un tipo de glóbulo blanco que se convierte en células sanguíneas maduras.
Aunque es más común en adultos mayores, la LMA puede afectar a adultos jóvenes.
Los síntomas pueden incluir fatiga, debilidad, fiebre, pérdida de peso inexplicada, moretones fácilmente y sangrado excesivo.
Se realiza mediante análisis de sangre y biopsias de médula ósea para evaluar las células cancerosas.
El tratamiento de la LMA puede incluir quimioterapia intensiva, trasplante de células madre y terapias dirigidas. El pronóstico varía según el subtipo y la respuesta al tratamiento.
Es importante destacar que el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son fundamentales para mejorar las perspectivas de supervivencia en las leucemias.
Los pacientes jóvenes con leucemia generalmente reciben atención especializada de equipos médicos multidisciplinarios que incluyen hematólogos, oncólogos y otros especialistas.
Si se sospecha leucemia en una persona joven debido a síntomas persistentes o anormales, es fundamental buscar atención médica para una evaluación y diagnóstico precisos.